Empezamos esta sección en la que recuperamos los mejores momentos de "La Máquina de Escribir", y hoy Babelain nos ofrece su escrito "Susi", toda una clase magistral de ingenio y humor. Al que sea capaz de leerlo sin reírse, "La Máquina de Escribir" le regala un Jamón de Jabugo.
Por cierto, Bab me acaba de mandar una reseña de este escrito,os la paso:
Ha pasado tanto tiempo desde que escribí este relato que no recuerdo ni la foto propuesta… ah sí, esa de la dependienta del súper… ya.Pero no tengo ni idea del proceso mental que me llevó a escribir ese relato. Ahora sería un relato distinto, con lo que están pasando las cobradoras (y cobradores) de supermercados, y el riesgo que corren. En fin, que sigo igual de despistado que el personaje del relato, que al final consiguió ponerle la acreditación en la espalda a su mujer sin que se diera cuenta. Ahora, cuando no se acuerdo de su nombre, se pone a bailar con ella, la gira, y al darle la vuelta, lee su nombre inscrito en la cartulina. Me ha llamado para contarme esta anécdota y me ha dicho:“ahora mismo no recuerdo el nombre de mi mujer,pero… ¡¡¡es más maja!!!
En fin, que por sus palabras deduzco que aún no ha dejado la mistela. ¡¡¡Qué cruz!!!
Babelain
«Oye... Susi... » (menos mal que tenía puesta la acreditación con su nombre, si no, de qué me iba a acordar yo; menudo resacón tengo) «...se me ha olvidado la cartera... ahora vuelvo, guárdame los refrescos. No te rías... ehhhh... tú ya me conoces. Esta mañana, sin ir más lejos, me encontré sentado en la cama y no recordaba si me estaba levantando o acostando. Como en la famosa viñeta de Andy Capp. He tenido que abrir las cortinas y ver que había luz para confirmar que en realidad me estaba levantando. He ido a la cocina y, en efecto, debía ser por la mañana porque mi mujer estaba preparando un café... o un té, no recuerdo. La cosa es que estaba caliente porque me quemé la lengua. Me dijo que después de desayunar me acercara al super a comprar unos refrescos. La verdad, Susanita, es que no recuerdo la marca, no sé si me dijo Fanta, Schwepps, La Casera o vete tú a saber. Pero no te rías, jolín, que no es para tanto. Si yo te contara... eh... oye, te acuerdas del nombre de mi mujer, la de ahora; se me ha olvidado... es normal, después de cuatro divorcios. Quién va a aguantar a un prenda como yo tanto tiempo. Y como he olvidado también la llave, tengo que llamarla a gritos desde la calle. Era Paqui, o Loli, algo así. Apúntame el nombre en un papelito. Sería un buen invento ponerle una acreditación como la tuya con su nombre, pero seguro que no se deja. ¡Qué cruz! Si no vuelvo a por los refrescos es que me he olvidado, no te lo tomes a mal. No, si al final voy a tener que dejar la mistela. ¡Qué cruz! Por cierto, Susi, ¿estás casada? Es por si las moscas... bueno, ya me lo contarás luego».
Espero os guste y sigue en pie la oferta del jamón.